Logística en tiempo real

QuickCommerce en retailers, farmacias y supermercados

Escrito por Diego Almazabar | 2 octubre 2025

Hasta hace pocos años, esperar tres o cinco días por una compra online era normal. Hoy, esa paciencia se agotó: el consumidor quiere su pedido en cuestión de horas, a veces en minutos. Esta exigencia ha detonado una transformación global: las grandes empresas —desde retailers como Sodimac y Walmart, hasta farmacias, supermercados y restaurantes— están invirtiendo millones para subirse al QuickCommerce, la promesa de entregas ultrarrápidas que ya redefine la competencia en el comercio.

Este fenómeno no solo responde a la ansiedad del consumidor, sino a un cambio cultural más profundo. El acceso inmediato ya no es un lujo, sino parte del estándar de vida digital. El mismo usuario que consume streaming sin esperar horarios, que exige información en tiempo real en redes sociales, no entiende por qué su compra física debería tardar días en llegar. El Q-Commerce surge como respuesta natural a una sociedad que mide la conveniencia en minutos.

Para las empresas, esto significa un nuevo terreno de competencia. Antes, ganar en e-commerce implicaba tener más surtido o mejores precios. Hoy, la batalla se libra en el tiempo de entrega. Los gigantes que no se adapten quedarán fuera de la ecuación, porque el consumidor difícilmente perdonará lentitud en un ecosistema donde la rapidez se da por descontada.

Retail: la velocidad como nuevo campo de batalla

Amazon es el caso más evidente: en 2023 aseguró que entregó más de 7.000 millones de pedidos el mismo día o al día siguiente. Walmart, por su parte, transformó sus tiendas físicas en nodos logísticos y presume que el 93% de los hogares estadounidenses ya tiene acceso a entregas en el mismo día.

En Latinoamérica, Sodimac se convirtió en un ejemplo llamativo. De acuerdo con un artículo de Diario Financiero, la compañía expandió su marketplace digital de 80.000 a 600.000 ítems y fijó la meta de ofrecer retiro en tienda en menos de 90 minutos y despacho en menos de dos horas.

Lo que vemos aquí es una redefinición del retail. Las tiendas físicas ya no son solo vitrinas: se convirtieron en microcentros de distribución. Esa transformación implica rediseñar inventarios, capacitar al personal y reconfigurar procesos para cumplir plazos ultracortos. El almacén dejó de ser “backstage” para convertirse en el motor visible de la experiencia de cliente.

Además, hay un cambio competitivo clave: ya no se trata solo de rivalizar entre retailers tradicionales, sino de defenderse de gigantes tecnológicos que se mueven en el mismo terreno. Si Amazon convierte la entrega rápida en norma global, las cadenas locales deben responder con músculo logístico propio o alianzas estratégicas, porque la tolerancia del consumidor con los rezagados será mínima.

Farmacias: la urgencia como oportunidad

Walgreens, en Estados Unidos, lanzó junto a Uber y DoorDash programas de entrega gratuita el mismo día de medicamentos para VIH. CVS, su principal competidor, ofrece entregas same-day para recetas y productos OTC, integradas en su app.

En Chile, cadenas como Cruz Verde y Ahumada ofrecen entregas en menos de 60 minutos. Lo que antes era un servicio accesorio se transformó en un factor de lealtad.

La farmacia es un sector donde la velocidad tiene un valor humano añadido: la salud. Una entrega rápida puede significar continuidad en un tratamiento, reducción de hospitalizaciones o incluso salvar una vida. Por eso, en este rubro la rapidez no solo es conveniencia, es confianza. Las empresas que logren integrar esa agilidad con seguridad farmacéutica estarán redefiniendo el estándar del cuidado de pacientes en casa.No obstante, también surgen desafíos regulatorios y éticos. Entregar medicamentos en minutos requiere cumplir protocolos estrictos, evitar falsificaciones y garantizar la cadena de frío. El riesgo de priorizar velocidad sobre seguridad podría minar la credibilidad del modelo. En este sector, la logística rápida debe ser sinónimo de precisión clínica, no de improvisación.

Restaurantes y supermercados: los laboratorios originales

Tesco en Reino Unido expandió su servicio Whoosh a más de mil tiendas de conveniencia, con entregas de 30 a 60 minutos. En EE. UU., Kroger se asoció con DoorDash para llegar con pedidos rápidos a escala nacional.

Estos sectores fueron los laboratorios del Q-Commerce: probaron dinámicas de ruteo, integración de apps y adaptación de catálogos a lo inmediato. El consumidor ya está acostumbrado a que la compra semanal llegue antes de que termine la película del viernes en casa.

El aprendizaje para los supermercados fue enorme: descubrieron que competir no era solo cuestión de surtido, sino de promesa cumplida en minutos. Al integrar algoritmos de asignación y hubs urbanos, lograron transformar la rutina de comprar alimentos en una experiencia digital completa.

Pero también emergió una tensión de fondo: ¿hasta dónde es sostenible esa carrera por la rapidez? Los supermercados enfrentan márgenes reducidos, y cada minuto menos en la entrega implica un costo más alto en operación. Aquí la tecnología —no solo la flota— será lo que defina qué jugadores logran sostener esta promesa en el tiempo.

El Q-Commerce surge como respuesta natural a una sociedad que mide la conveniencia en minutos.

 

DispatchTrack y el futuro tecnológico del QuickCommerce

En el escenario actual, donde las empresas deben implementar o potenciar las entregas same day y las entregas ultra rápidas, la clave ya no es tener más motos en la calle, sino contar con la tecnología adecuada para asegurar que cada pedido llegue justo a la hora prometida.

Tener un partner tecnológico que permita gestionar, coordinar y automatizar la última milla es lo que marca la diferencia. Y ahí entra QuickCommerce, nuestro software diseñado específicamente para responder a las demandas del comercio inmediato.

QuickCommerce: la tecnología detrás de la inmediatez

QuickCommerce ofrece a las empresas la capacidad de gestionar entregas rápidas con eficiencia y simplicidad, gracias a un algoritmo avanzado que automatiza todo el proceso:

  • Asignación inteligente de pedidos: el sistema asigna automáticamente cada pedido al repartidor más cercano y disponible, optimizando tiempo y recursos.

  • Zonas predeterminadas de operación: las tiendas pueden configurar áreas específicas para que los repartidores, desde su aplicación, sepan de inmediato dónde recoger y entregar.

  • Alertas en tiempo real: el repartidor recibe la notificación en cuanto un pedido está listo, permitiendo que la entrega ocurra de forma intuitiva y sin demoras.

Lo que parece una acción simple —llevar un pedido del punto A al punto B— en realidad requiere de una tecnología robusta capaz de procesar datos en segundos y tomar decisiones logísticas en tiempo real. QuickCommerce convierte esa complejidad en una experiencia fluida para repartidores, tiendas y clientes.

Adaptabilidad y escalabilidad

QuickCommerce también permite que empresas como restaurantes, farmacias o retailers cumplan la promesa de entrega incluso en escenarios de alta demanda. Además, ofrece integración con apps de delivery como PedidosYa o Uber Eats, ampliando la capacidad operativa en momentos críticos, como un viernes por la noche con picos de pedidos.

De esta forma, la empresa puede diversificar su flota, aprovechar tanto recursos propios como externos, y garantizar un servicio más confiable y flexible para el cliente final.

El futuro del QuickCommerce

El verdadero músculo del QuickCommerce no está en multiplicar repartidores, sino en contar con plataformas tecnológicas como QuickCommerce, que convierten los datos en decisiones logísticas en tiempo real.

Con QuickCommerce, las empresas logran:

  • Cumplir la promesa de inmediatez.

  • Reducir costos operativos.

  • Escalar su capacidad en picos de demanda.

  • Ofrecer una experiencia de cliente superior y más sostenible.

En definitiva, la tecnología es el motor que hace posible que la entrega rápida sea una ventaja competitiva y no solo una promesa de marketing.

 

¿Qué viene ahora?

El panorama global muestra tres conclusiones claras:

  1. La velocidad es ya parte del precio. No es un extra, es parte de la ecuación de valor del cliente.

  2. No todo debe llegar en 10 minutos. Las empresas entendieron que ventanas de 45 a 120 minutos son sostenibles y rentables, siempre que la promesa sea confiable.

  3. La tecnología es el diferenciador. Las cadenas que invierten en software de asignación, optimización de rutas e integración de inventario son las que podrán competir de verdad.

Lo que sigue será un reacomodo estratégico. No todas las industrias necesitan competir en inmediatez absoluta, pero sí en credibilidad logística. El Q-Commerce ya no es moda: es el nuevo estándar. Y quienes no se adapten quedarán fuera de la conversación del consumidor digital.